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El reino fungi: Un universo de reciclados naturales

El reino fungi está compuesto por más de 144.000 especies diferentes de hongos, entre los que figuran las levaduras, los mohos y las setas. La idea tradicional que tenemos de ellos es la del típico hongo con forma de sombrero y cuerpo blanco alargado, pero esa es sólo una de las numerosas especies conocidas.

Los hongos existen en distintos hábitats y aparecen en distintas formas. De la totalidad que habita nuestro planeta, tan sólo un 5% ha sido estudiado y se estima que existen alrededor de 1,5 millones de especies son aún desconocidas. Esto se debe en parte a que antiguamente los hongos eran clasificados como un tipo de planta, hasta que en el año 1969 se empezó a distinguirlos como un reino biológico aparte.

Estos seres vivos comparten las siguientes características: carecen de movilidad porque crecen en el suelo, sobre superficies, troncos o madera en descomposición; poseen pared celular eucariotas, es decir, con núcleo celular definido y pared rígida, semejante a la de las células vegetales; y su crecimiento se produce en forma de hifas, estructuras cilíndricas y uniformes de ramificación.

Los hongos no pueden generar su propio alimento como las plantas, sino que deben descomponer materia orgánica proveniente de otras formas de vida vegetal o animal. Algunos se nutren de la descomposición de la materia orgánica de desechos, también mediante una relación simbiótica con las plantas, intercambiando con ellas nutrientes y agua, y otros directamente del cuerpo de otros seres vivos, ya sea establecidos en su superficie o colonizando en el interior de su cuerpo. 

Lo que muchos no saben, es que los hongos llevan a cabo un importante rol ecológico en sus diversos nichos de aparición, ayudando a la descomposición y reciclaje de la materia orgánica, como en plantas o animales muertos, defecaciones, hojas secas y caídas, troncos de árboles derribados, etc. 

Científicos mexicanos del Centro de Investigación de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) encontraron una especie de hongo fitopatógeno que tiene la capacidad de degradar un aditivo de los plásticos en tan sólo 60 horas. El hongo en cuestión produce enzimas llamadas cutinasas, las cuales tienen el poder de degradar plastificantes que son aditivos del policloruro de vinilo (PVC). Lo que podría ayudar con muchos plásticos que se usan en la vida cotidiana como tubos, cables, revestimientos de suelos y sistemas de techos, entre otros, los que tardan entre 100 y mil años en degradarse.

Un estudio del Royal Botanic Gardens Kew de Londres afirma que como las setas aceleran la descomposición de los residuos plásticos, a su vez son capaces de eliminar contaminantes del suelo y aguas residuales.

También muchas especies de hongos resultan útiles al ser humano, al ser comestibles como el champiñón o como levaduras en los procesos de elaboración de cerveza, pan, quesos y otros comestibles, jugando un rol vital en la transformación bioquímica de las sustancias.

Y eso no es todo, porque el reino fungi ayuda a que plantas y cultivos crezcan de forma eficiente, crean una tierra rica en nutrientes mediante el procesamiento de materia en descomposición, por lo tanto son cruciales para el balance natural. La investigación y los avances en sus aplicaciones agrícolas podría dar lugar a una mejora de la seguridad alimentaria, un incremento de los ingresos de producción y una mayor sostenibilidad ambiental. En términos generales, los hongos funcionan como recicladores por excelencia de la materia orgánica, colaborando en la descomposición de materia viva en prácticamente todos los ciclos biológicos del planeta.

Son esenciales para la vida en el planeta, pues descomponen residuos para liberar carbono y o nitrógeno, que son aprovechados por otras muchas especies.

Fuente:

BBC Mundo

National Geographic 

Museo del Hongo

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